En la estación del olvido.

Cuando mi alma se envenena, cuando se oyen los latidos, cuando se escuchan las penas. Cuando suena tanto ruido de ir arrastrando nuestras cadenas. Encadenado al olvido en un castillo de arena
Descontando la horas, que pasamos dormidos. La vida está en una pistola, que se pasa como un tiro. Cuando el alma se enamora.
La luna es mi castigo, el sol es mi bandera. Vivo en la estación del olvido... Que se llama Primavera, cuando estoy solo contigo.
Cuando mi alma se envenena, cuando se oyen los latidos, cuando se escuchan las penas. Cuando suena tanto ruido de ir arrastrando nuestras cadenas. Encadenado al olvido en un castillo de arena.
Y en un castillo de arena. Donde me quedo dormido cuando baja la marea. Donde se encienden todos mis sentidos cuando se acaban las carreteras. Encadenado al olvido y en un castillo de arena.
Voy buscando en las calles risas de contrabando. Me fijo en todos los detalles, que no se me escape algo que me lleve a recordarte.
La luna es mi castigo, el sol es mi bandera. Vivo en la estación del olvido... Que se llama Primavera, cuando estoy solo contigo.

Un rincón de mi mundo.

En algún rincón de mi mundo... donde ya no corre el tiempo, ni minutos ni segundos, ni guiones ni argumentos, ni vientos del norte helados, ni llantos por penas negras, ni gatos por el tejado, ni aquí paz ni después guerra...
Donde no cumplo condena, donde no escucho sirenas, donde me quedo un ratito para recapacitar, guardo mil noches en vela, solo me queda esperar que llegue la primavera... que no acaba de llegar.


Y yo me pongo a pensar, si hacerle caso al dolor o a cualquier pensamiento fugaz. Orbitando a mi alrededor, para bien o para mal. Que es esa siempre la cuestión, que no puedo contestar, que no tiene solución...

En esta montaña rusa, que todos llamamos vida, las cosas que no se usan que prontito nos olvidan...