A sangre fría.

Voy a cometer un asesinato.
Voy a matarte.
Quiero matarte.
Voy a romperte la boca
y los esquemas.
Después lo haré con tu corazón.

Te mataré porque sé que me quiero a mi mismo.
Te voy a matar porque quiero ver que no estoy solo.
Te voy matar para poder demostrar mi valentía.
Voy a hacerlo para tener el mejor motivo por el que escribirte sobre estas líneas.

No eres 90-60-90 (ni yo un pitufo).
Ni si quiera me has demostrado todo lo que puedes dar (quizás no lo haya visto).
No haces más que saltarte las normas (dices que están para eso).
Y me obligas a perderme como si no lo estuviera desde hace 18 meses (maldito laberinto el de tu ombligo).

Voy a matarte, y esta vez no lo voy a avisar.
Sin tonterías, con el lenguaje de las manos, y con el corazón cerrado.