A sangre fría.

Voy a cometer un asesinato.
Voy a matarte.
Quiero matarte.
Voy a romperte la boca
y los esquemas.
Después lo haré con tu corazón.

Te mataré porque sé que me quiero a mi mismo.
Te voy a matar porque quiero ver que no estoy solo.
Te voy matar para poder demostrar mi valentía.
Voy a hacerlo para tener el mejor motivo por el que escribirte sobre estas líneas.

No eres 90-60-90 (ni yo un pitufo).
Ni si quiera me has demostrado todo lo que puedes dar (quizás no lo haya visto).
No haces más que saltarte las normas (dices que están para eso).
Y me obligas a perderme como si no lo estuviera desde hace 18 meses (maldito laberinto el de tu ombligo).

Voy a matarte, y esta vez no lo voy a avisar.
Sin tonterías, con el lenguaje de las manos, y con el corazón cerrado.

Ojalá siguiéramos.

Tengo tantas ganas de hacerte ver lo que me hiciste sentir,
que estoy dejando de quererme, otra vez.
Ojalá tuviéramos otra oportunidad.

Me quedan tantas cosas por decirte. Sé que no voy a sentir igual, 

en la vida volveré a tener una vida así.
Ojalá pudiéramos volver a ser felices.


Me duele tanto todo lo que perdimos, 
que he llegado a olvidar lo que nos ganamos.
Ojalá borrases todas mis cicatrices.

Qué en el amor no todo es querer.
Y fuimos unos ingenuos.
Y quizás no estábamos en el momento.


Y al final nuestro amor nos vino demasiado grande.
Y de tan grande que fue, perdimos el control.

Ojalá siguiéramos siendo invencibles, juntos.

Hay borracheras que valen oro.

Me lo bebería, si así te veo dos veces. Si así dejo de tener tanto calor y me calma un poco.

Y salen mejor las cosas.

Lo bebería, si así me atrevo y te digo que me gustas. Si así soy capaz de sacarte más sonrisas tontas 
porque se me sube a la cabeza.

Lo bebería, si me garantizas que al día siguiente la resaca será menos puta por tu recuerdo.

Dame otra copa más, todavía no me noto con fuerzas para lanzarme a besarte. Y aunque este 
colorado, no tiene nada que ver con el vino.

Dame la última copa, después te beberé a ti, y está borrachera nunca se podrá olvidar.

Ya no te necesito.

¡Muy buenas gente! Hoy os traigo algo diferente a lo que os tengo acostumbrado. Esta vez no soy yo quien escribe sino Andrea Ripoll, una chica de Benidorm. Os dejo por aquí los links a sus redes sociales. Y disfrutad. ¡Pasaros por su blog que tendréis mi parte allí!

Ya no te necesito.


Siempre he pensado que nunca te olvidaría del todo. Me olvidaría de tu voz, de tu manera de mirarme, besarme y todos los verbos de acción que hacíamos juntos. Pero los sentimientos perduran, todo lo removía por dentro sigue ahí, y no sé qué es peor.


Siempre creí que estar al lado de alguien era como un regalo. Te tuve tan cerca que me rompiste entera, no te dejaste nada. Ahora sé que hay que elegir bien. Ahora sé que los regalos pueden estar defectuosos. Y algunos no llevan ticket para devolverlos.


Te necesito.
Bueno a ti no, a todos los planes que nos dejamos por hacer.


Te necesito.
Me refiero a las noches sin dormir porque siempre queríamos (follar) más.


Te necesito.
Y ya te tengo, soledad.


Andrea Ripoll.

Cenizas.

Lecciones que solo se aprenden una vez. Baches que pasas mil veces y nunca esquivas. Curvas que te matan cada vez que las ves. Sueños que te llevan alto y de los que nunca aterrizas. Momentos que recuerdas siempre que lloras. Lágrimas sueltas por una puta canción. Canciones que lo fueron todo que dicen que hoy no tienes nada. Amores de olvidar y olvidos por amores de verano. Borracheras por idioteces. Errores que enseñan más que la escuela. Fuegos que nunca se apagan. Cenizas de las que no hubo incendio. Nunca entenderé por que el tiempo y el olvido son hermanos gemelos si al final todos tenemos ese niño que se niega a crecer.

No siempre duele.

Que el te quiero está sobrevalorado. Y tú no estás. Y duele. 

Pero no siempre duele. 

A veces nos corremos, y no el pintalabios, no te gusta usar. Prefieres que las marcas sean por tus huellas y no por tus besos. 

Duele más. Cura más.


Y aunque sea irónico que la cura duela, tú dueles, pero jamás sabré si curas. No quiero dejar de tomarte.

Ciego y borracho

Te doy lo que quieras,
desde besos y caricias tímidas por tu espalda,
hasta suerte, peli y mantas.
Y si te dejas amor, te hago lo que haga falta.

Me derrito por tu piel
y si llego a tu cintura ya no aguanto
y me deshago entre tanta suavidad.
Que desde que empecé a escribir
intento retratar tu cuerpo
en cada verso,
pero no sabes lo difícil que es,
porque ni la mismísima poesía
podría llegar a entender jamás
esta forma de querer.

Algunas veces
quererte se hace tan grande,
que asusta,
pero ya no le temo al miedo
y apuesto,
ciego y borracho,
que mi vida está en estas líneas,
y en tus dedos,
porque detrás de cada "te quiero" tuyo
con los pulgares,
hay un "te echo de menos"
en la boca del estómago.

Mi mejor amigo.

Putos días 26. Les tengo alergia a ellos y no a ti.
Gracias a un 14 de Febrero aprendí a querer.
Disculpa si te dejé solo, confiaba en ti, confiaba en él,
confiaba demasiado sabiendo lo que se venía.
Ahora quiero tus huellas paseando por mi pecho,
aunque ya las tenga bien clavadas.
Llegar a casa, y que dejes de esconderte, me necesitas, te necesito, vienes y me arañas.
Dejas marca, déjala bien, déjala fuerte, déjala para siempre.
Cambiarte la vida, para que salves la mía.
Yo me iba y tú me trajiste de vuelta.
Yo he vuelto, y tú te vas.
Ahora me quedo, recordándote en silencio, mientras grito de impotencia.
Ojalá algún día todo cambie,
si algún día me miró un tuerto pienso joder le de nuevo,
aunque tenga miedo de lo siguiente que pase.
Pero que más da, si ya no me puedes dar más.
Pasará el tiempo, dolerás, pero será otro tipo de dolor, aprenderé a llevarte conmigo, doliendo a dentro.

Falsos vendidos

Qué sabrás tú como soy, si ni quiera yo me conozco a mi mismo.
Dime qué sabrás de mi si no me has visto llorar cuando era un niño,
y yo me he mirado a los ojos llorando por dentro.

Dime qué sabes de soledad,
si nunca has tenido que salir de algo sin ayuda.

Dime qué sabes de amistad,
si te mueves en interés.

Dime que sabrás de fortuna,
si has crecido con lujos.

Dime que sabes de confiar,
si nunca has dejado de juzgar.

Qué coño sabrás de inteligencia,
si hablando no se solucionan las cosas.

Quizás no sepa lo que es mudarme por pan.
Quizás no sepa lo que es estudiar y trabajar,
pero sé más de amor que el que da un "en línea",
sé más de calor que el que dan unos billetes,
y sé el significado de amistad,
amigos perdí muchos,
falsos vendidos,
y ahora
"tengo gente que hace más rico
que unas sucias monedas".

Ahora ven y dime, que sabrás de mi y de mi ego,
si me he pateado la ciudad por dar un hombro.

Dime que sabrás de mis penas,
si nunca has ofrecido el tuyo.

Dime que sabrás de mi locura,
si nunca te has dado cuenta que lo dí todo por ella.

Dime qué sabrás de mi,
si cuando estuve hundido en la mierda no viniste a limpiarme,
las lágrimas.

Mi suerte.

Pensaba que jamás volvería a sentir así y me he vuelto a equivocar.
Dicen que los errores son cosas malas, 
sin embargo tú eres lo mejor que está pasando. 
Quería un tiempo sin timón a la deriva, 
de locura constante. 
Quería no perder el tiempo, 
y ahora solo quiero gastarlo contigo. 

Que no sé que coño estas haciendo,
si es por que me estás mintiendo
o buscándome las cosquillas.
Cada vez que te tengo chillas 
y si es lejos nunca callas.
Cada vez que me agarras 
desgarras mi piel pidiendo tregua
y paz, 
aún a sabiendas de que es imposible. 
Era imposible que encontrase alguien así 
otra vez, 
pero esto es como si a un francotirador 
le das un fusil, acertará. 

Me es difícil no pensar en las mil disculpas 
que me quedan por delante, 
es como ese entrante que te comes 
sabiendo que luego viene el plato fuerte.
Fuerte seré, si tú no te vas. 
No hay más suerte que la de tenerte
y acto seguido verte. 
Quererte 
y joder que frío si no estás, 
siendo primavera.

La séptima vez que te mire 
seré tan sincero como pueda,
te daré mis zapatos y te diré 
"no quiero caminar más por hoy", 
hay que saber cuando dar un buen descanso 
y aprovechar el atardecer, dejar de huir. 
Sentirme valiente 
frente a frente contigo delante, 
darte un beso y dejar que la corriente 
siga su curso. 

Y que le den a los nervios 
al sudor y a mi trastorno de ansiedad. 
Dame calor y quítame los temores 
y las dudas. 
Préstame algo de tu humor 
para por si acaso no se que decir. 
Miénteme si quieres dormir. 
Pídeme que me quede 
porque mañana te vuelves a Madrid. 
Pero hazme un favor, 
que la espera merezca la pena.

Teniendo cuidado con la luna.

Otra vez la noche se ha quedado corta,
teniendo cuidado con la luna,
no vaya a ser que vuelva
a amanecer,
y no me haya dado cuenta.
Claro que no me importa
pero otra vez se ha salido con la suya,
esto duele más que una cerveza caliente.
Al final mi almohada va a acabar mareada
de tanto darle vueltas,
recuerda que siempre te he buscado
en cada madrugada.
Quizás mañana rompa el despertador
por que no he podido dormir,
o por que te he vuelto a extrañar.
Pero que más da,
si a nadie le va a importar.