Las gracias a los curas,
y a ti todos los besos que no te he dado ya.
A mi madre le cuento las escusas,
y a ti todas las cosquillas que no te he hecho a traición
y todos los pellizcos que te has ganado.
Quiero que sea tradición
el que se te quede la piel de gallina
para que se queje hasta la vecina
de tu risa
y yo consiga enamorarme un poco más de ti.
Enamorarme de ti y tu cintura,
de esos pómulos risueños
y de tus labios,
y su textura.
Enamorarme de ti y tus hoyuelos,
de la herida que ya no supura
y de los reflejos de tu ojos
color café.
Enamorarme de ti y de tus besos,
mis más fieles antojos.