Última botella.

Sé que la próxima vez que te vea
no voy a aguantar y me acostaré en tu piel.
Haré que las sabanas se conviertan en marea 
y me quedaré en tus piernas como medida cruel.
Es seguro que pierda la calma
si no te tengo bajo sexta estrella
o yo no soy la razón de tu suerte.
Lo más probable es, que mientras te desnudo, 
te quite incluso el alma,
que al lanzar tu sujetador tire sin querer la última botella, de tequila,
y al romper el cristal sea capaz de cogerte,
pegarme a tu cuello y susurrarte un te quiero 
más sincero que mis ganas de verte, 
desnuda de vergüenzas.

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