Olvídalo.



Ahora viene cuando debería de ir aterrizando. Sé lo que nos va a pasar, vamos a jugar a ver quien deja antes de llamar cuando las cosas se pongan turbias. Vamos a perdernos y dejar de lado todas esas noches que jamás vamos a tener. Vamos a dejar que el tiempo actué, no estamos por la labor de arriesgar. 

Yo no sé tú, como lo harás, pero cuando te vea, un parón de tiempo me acelerará el corazón y ahí sabré si he muerto o soy un zombi. Pensaré, querré gritar, pero no hablaré, como ese niño que se avergüenza delante de su musa. Te sentiré lejos, no lo dudo, pero te querré cerca, tan cerca que pueda sentir tus suspiros.

Intentaré volver a ser yo, pero cada intento será en vano, con su respectivo pecado llevándome al interior de este infierno, en el que juro que me está sumiendo.