Quiero enamorarme de ti.

Quiero hacer el amor contigo. Llevarte a ese lugar que tanto te gusta. Apagar el teléfono y estar solos tu y yo. Susurrarte al oído y besarte toda la noche. No imaginas cuanto me gustas. Estoy enamorado de tu simpatía, de tu inteligencia, de tu risa y tu forma de vestir, de tu forma de sonreír incluso cuando tienes que sufrir. Me quedo sin palabras cada vez que te veo, pues tus pupilas me hipnotizan y me causan una ceguera peor que el alcohol. Es que me vuelves loco.

Quiero hacer el amor contigo, pero antes, quiero que tengamos una canción favorita, hablar juntos de cientos de kilómetros, ir al cine contigo y conseguir que bailes conmigo. Quiero que me dejes perderme en tu cintura.

Quiero hacer el amor contigo, pero antes, quiero conocerte mejor, saber que es eso que tanto te encanta, saber con que sueñas y por que ya la luna no te canta. Quiero que esas lindas greñas se queden perdidas por mis sabanas.

Quiero hacer el amor contigo, pero antes, necesito que me prometas que seré el único y que nunca te cansarás de mi. Necesito que me digas que no me dañarás ni limpiarás mi pasado.

Quiero hacer el amor contigo, pero antes, quiero que me demuestres mil veces que me quieres, sentirme seguro entre tus brazos como si un escudo me cubriese el pecho y las heridas que un día brotaron sanen con tu saliva.

Quiero hacer el amor contigo, solo contigo y que todos lo sepan.

Un tequila por cada duda.

Las pequeñas cosas son las que marcan, las que enamoran y dejan cicatriz. Que ni el agua salada del mar, ni su archienemigo el tiempo saben curar. La cirugía no lo comprende y el olvido se hace el sordo.

¿El problema? El problema soy yo, como siempre, intento no pensarlo, pero todas las mañanas la misma historia. Poner aleatoria la lista de reproducción aún a sabiendas que tengo mala suerte y que por el alcohol te voy a recordar. Me cago en la puta, el whisky sabe a ti, el ron me repite tu mirada y confundo el tequila con tus 'te quiero'.

No todo se queda ahí. Cuando llega el invierno cambia todo de color menos tus ojos, y el puto café que sigue haciendo efecto después de más de 300 noches. Aquel veintisiete se quedó escrito en mi cama, haciéndome sentir culpable cada noche con cada borrachera de anís. Esos sentimientos entrelazados escondidos en el olor que dejaste en mi cuarto. Pensar que lo más bonito eran mis ganas de morirme por tu espalda tras la pantalla, ver el amanecer a riendas de una canción y lograr escucharte hasta la madrugada. No me lo tomes en cuenta, tengo la sonrisa magullada después de tantas batallas.

No te olvides de mi, que ya no estés no significa que no quiera volverte a ver. Cuando sea más fuerte iré a por ti, estaré sereno y no habrá orgullo suficiente que nos separe. Es cierto, nunca te dije la verdad, pero tampoco fui consciente de conocerla.

Fiera, mi fiera.

“¿Por qué Fiera?” me preguntaste con esa mirada que araña el alma.
Por qué va a ser, ¿te has visto bien? Eres como un lobo, salvaje e indomable, libre. Por esta razón sería delito ponerte cadenas. Aunque para criminales ya están tus medias sonrisas y esas garras en las que me dejé caer confiado en que no iban a doler, pero que lo hacen...
Fiera, es que no tienes otra palabra. Eres bárbara, brutal para todos mis sentidos. Pura dinamita. Detonante de corazones. Pólvora para mis explosivos. La munición que le falta a mis armas.
Y a pesar de que todo esto parece increíble, en realidad me mata por dentro. Demasiado fiera para mi endeble corazón. Lo siento, todo podría haber sido muy bonito pero tus dientes están demasiado afilados. Porque aunque me he esforzado en ser un cordero con piel de lobo, el disfraz me queda muchas tallas de más.
Y además, no voy a permitir que alguien me haga daño en febrero.

Mi recorrido preferido.

Tengo sentimientos aunque no lo parezca. Aunque tampoco lo parezca, te quiero, como he podido querer a cualquier otra. 

Aunque no lo parezca, también pienso en un mundo en el que Madrid se vista de gala una noche, para darnos una oportunidad.Puede parecer mentira pero un atardecer perdidos en Las Ramblas de Barna sería perfecto, o caminar por la Giralda. Pero si te digo la verdad, solo quiero una tarde de verano por el Cantabria haciendo lo que mas nos gusta a los dos, perder el tiempo. Y que se nos pasen las horas como los besos, que tienen fecha de caducidad y sería una pena desaprovecharlos. Por que el sabor que me puedes dar no se conoce ni con la miel.

Y yo solo quiero un poco azúcar, unas gotas de limón y un grano de café. Azúcar para amenizarlo todo, limón para que se me haga la boca agua y café por que no quiero perderme ni un solo segundo a tu lado.

Sea como sea, que dure lo que el viento decida. Él será quien ponga a tu pelo como barrera.

Aunque no lo parezca yo también sueño a veces, contigo