Me enseñaste a comerme el mundo
y te quité el tanga.
No dejando atrás la elegancia,
ni el permiso,
ni el hambre.
Y es ahí donde quiero estar y volar.
Que le jodan al mundo.
Voy a dejarte parar a fumar otro cigarro.
Así no quemas tanto.
Y voy a buscarte cada vez que no tenga hambre.
Y me harás humo.
Como si pudiéramos compartir colchón cada vez que respiras.
Vamos a comernos el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario