Uno de septiembre.

Solo quería abandonar la ciudad.

No fumo por miedo a que seas nicotina.

No me echaste de tu cama, ni me diste la espalda.
Me intentaste matar ofreciéndome que nos sobrasen los lados de la cama.

Tenía miedo a mi ansiedad.

Muero si te encuentro por la noche.
Y tú con esos ojitos rojos.
Sin vino de por medio seguimos siendo los mismos de siempre.

No fumo solo por no hacerte humo otra vez.

No quería escuchar cómo respiras mientras dormías, ni dejarte todo el espacio posible.
Intentaba matarme ofreciéndote seguir sin forzar.

Tan sólo no podía dormir.

Parecía buen plan morir la primera noche en tu piso a estrenar.

Tenía miedo a no dejarte dormir.

Solo quería abandonar la ciudad una vez más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario