Fracaso.

Dime quien coño soy, quien he sido y seré el día de mañana. y ya que estamos si conseguiré quitarme solo estas legañas. Yo tan solo era un niño con una videoconsola entre las manos, que cuidaba de que su familia nunca estuviese sola, que apenas bajaba al parque por quedarse en casa soñando con una vida nueva. Pero todo cambió al crecer, no en altura, pero si en mentalidad. Y mira que lo pasé mal, por no jugar con mi padre, o por ir a trabajar con mi madre, aunque no siempre por propia voluntad. A veces el blanco eran mis fosas nasales, varios problemas en el colegio por peleas habituales y jugar a ser valiente. Me dijeron que dejase pasar el tiempo, que todo cambiaría, razón no faltaba, pero en sentido contrario. Seguir y proseguir, hasta que al reventar las ventanas de mi cabeza se viesen acojonadas y decidiese actuar contra un principio. Las llaves contra la pared, y mi garganta tratando de aguantar ese grito que jamás solté. Harto y cansado paré, miré por mi futuro y gané. Que si, que fui un fracaso, las rayadas tiraban de mi, por la mala racha que tuve y la mala hostia que contuve durante tanto tiempo, pero aprendí de las falsas promesas, que se hacían tensas y se rompían como un filamento de cristal, aprendí a no tirar la toalla si no se llega al final y que hay palabras peores que una cuchillada mortal. Y mírame, con una cruz en la espalda, sonriendo, y aunque sea difícil el andar no pienso parar, mirando de reojo hacia atrás.

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