Echarte de más o echarte de menos.



Hace mucho que no sé de ti. Hace mucho que no sé de tu besos, ni de tus "ha sido sin querer". Hace mucho que no sé de tus roces, ni de tu "ven y abrázame".  Llevo tanto sin conocerte que se me olvidó empezar a olvidarte y he comenzado a recordarte entre mis pupilas. No sé donde estás, ni a donde marchaste, pero ya no importa, te piraste, con mis temores y manías. Puede que unos lo llamen miedo, pero a mi me gusta llamarlo temor. Temor a que no sepas quien soy. Temor a que a que no me reconozcas y te canses de aguantar al loco, a un continuo reto, a vivir lejos de ti y lejos de nosotros, a no volver a ver más allá de un puñado de tierra, la cual, ya no existe entre nosotros, pero sigue tan presente como el primer día. Temor a ser nosotros mismos y dejarnos llevar.

Hace mucho que me despedí, sin saberlo, de toda una vida. Hace mucho que no supe valorar lo que estaba perdiendo. Hoy en día sigo sin saberlo, sigo cegado por aquella luz que me iluminó su rostro, a la cual llaman sonrisa ajena. Bellas arrugas rodeando un continuo gesto de felicidad. Hace mucho que sigo perdido, mas no quiero encontrarme, nunca más, y vagar perdido entre los recuerdos que un día me hicieron ser un chico encantador, con motivos suficientes para luchar.

Hace mucho que no sé soñar que apareces con esa mirada imposible de calcular llevándome hacia la luz de la oscuridad, deteniendo el tiempo entre ruidos salvajes de placer. Hace mucho que no sé soñar. Llevo más de 500 noches tratando de saber si tu perdón era real, o un simple intento absurdo por dejarlo pasar y fallarnos una y otra vez. Hace mucho que me pierdo tus labios y cosquillas, haciendo que nos odiemos por momentos. Hace mucho que no sé de algo parecido a nosotros, pero no consigo recordarlo entero.

Hace mucho que no sé echarte de más. Hace mucho que no sé echarte de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario