Vaya suerte la mía.

A veces creo que no tengo demasiada suerte con tenerte, pero si con haberte tenido.
Vaya suerte la mía
por no verte todos los días,
por tener que vivir en el infierno sin ti,
por no tener tus besos en este invierno
y no llevar tus te quieros tatuados en los versos.
Decían que era tu hombre y fui uno más,
y soy uno más, es normal,
nadie funde oro con cobre.

Quizás no vuelvas más a pasear por mis pupilas,
no te pido que lo hagas,
pero podríamos haber cambiado el estar enamorados, por enamorarnos de nosotros.
No voy a mentir, me hacías feliz y no lo seré de nuevo.


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