Veinticuatro horas.

En un día puedes cambiar muchas cosas,
en tan solo una hora
o un minuto.
En un acción que decidas
puede cambiar cualquier cosa que pase.
Pues imagina la cantidad de cosas que pueden pasar
en tan solo veinticuatro horas,
que hagan que tu vida pueda dar un giro
de ciento ochenta grados,
a bien,
o mal.
Pasar por una calle, andar, rápido o directamente correr.
Quizás si fuese más despacio hubiese visto ese coche venir hacia mi,
o quizás si hubiese ido corriendo hubiese conseguido pasar sin ningún peligro.
Si me paso el día en casa puede que me pierda demasiadas cosas,
o consiga que no pasen otras.
Ser valiente o no.
Salir con la mentalidad de HOY VALGO YO,
o con la mentalidad de soy una hormiga en este día.
Puedes vivir las veinticuatro horas
o morir directamente viéndolas pasar.
Puedes salir de la prueba o quedarte a superarla.
Nadie se conoce,
yo tampoco me conozco,
desconfió tanto de mi...
Un chico tan frío
que no quiere salir nunca de la cama
y simplemente
por vivir veinticuatro horas
puedo aprender a apoyar las manos sobre el lodo.
Puedes hacer que algo cambie, o cambiarlo directamente.
Y eso se hace en veinticuatro horas,
dejando la puerta abierta, y los pies en el suelo.
Quizás tampoco haga falta más de un segundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario