Encerrados

Noviembre, frío mes, ¿cierto? Es triste. Tenemos que empezar a arroparnos, a pasar días encerrados por crueles personas que ciertamente buscan lo mejor de nuestro porvenir. Las hojas empiezan a caer, gobernar las calles. Ese aire de alegría, que se respiraba, que se apreciaba fácilmente ha sido raptado, conquistado por la oscuridad, por ese color que asociamos con la tristeza. Todo, parques, aceras, son ahora marrones. Llueve. La vida se acaba, árboles desnudos, parques vacíos, calles nocturnas... Nos deprimimos, nos acobardamos en casa y pensamos que estamos bien, pero no podemos ver más adelante de este cuaderno. Comienzan las rutinas jóvenes. Acabamos rindiéndonos, y calentamos el ambiente, haciendo que otros árboles, animales, seres vivos, fallezcan a causa de la tenebrosa niebla. Y así no saldremos jamás de este sombrío otoño, el cual nos ha encerrado en nuestras moradas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario