¿Y si nos vamos juntos?

No quiero alejarme de ti, pero me obligan a ello. Ese puñado de tierra me lleva a mal, padezco la enfermedad de la lujuria, pero cuando te siento, cuando te siento tan cerca, fuerte, mi mente se adormece y pierdo el control. Más bien dejo de existir, de ser yo y me convierto en lo que te gusta, en lo que tú más amas. Anoche mientras dormía no conseguí olvidarte, disfrutar de tan merecido placer. Te hacía una figura en mi imaginación, por la cual me hacía lo más feliz, cual niño con una pelota de fútbol. Otro momento fui un desgraciado, como cuando a ese niño le quitas la pelota para volver a casa. Tú te ibas, lejos, a esa tierra de la que provienes, mas allí no hacías otra cosa que divulgar mis palabras y aprovecharte de ellas en compañía.

No quiero alejarme de ti, pero hay un tiempo en el que no podemos hacer nada. un momento en el que nos sentimos pequeños, el que por querer dejamos de poder vernos y como castigo a ello, intentamos olvidarnos. Las discusiones empiezan a reinar en nuestra historia, olvidamos todo lo ocurrido, lo que hemos hecho por vernos y los miedos se apoderan de nuestro castillo, la mente. Pensamos en el engaño, en que hay un "topo" el cual chiva nuestra estrategia al enemigo y ataca desde dentro. Acobardados, cegados por la inocencia, lo creemos, dejamos atrás los sentimientos y nuestro rival, una tercera persona, se alza con el poder y acaba gobernando nuestro reino. Yo idiota elijo la peor opción y tú, cabizbaja, aceptas la derrota de olvidarnos.

Pero esta no es la historia. Si, nos vamos lejos, pero, ¿Y si nos vamos juntos? Seamos felices el uno con el otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario