Día 4

Empiezas el día. No puedes levantarte, estás dañado. Aún así lo intentas, sujetándote en una pared, pero esa pared hoy es frágil. Ahora estás temiendo por tu vida. ¿Por qué no lo hiciste antes? No te importó saber que acabarías cayendo en picado y de cabeza desde esas alturas, quisiste disfrutar del trayecto. Mírate, ahora das pena, estás destrozado, pareces un auténtico zombi. Eso te lastima. Quieres salir corriendo de ese lugar, pero es que no puedes, has pasado demasiado tiempo ahí y quieres quedarte. Vuelves a lastimarte, hacerte daño, evadirte a golpes y durar hasta morir. Se ha hecho de noche, no te has dado cuenta, tampoco de que te has caído. No está, ya no va a estar, dale tiempo, tiene que volver, lo sabes, impaciente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario